viernes, 11 de enero de 2008

Lecturas de Svveezy

Ismael García- Cuervo

Capítulo I: El método de Marx.
1. El uso de la abstracción.
Marx era partidario del método abstracto- deductivo, aunque también aceptaba el método de las aproximaciones sucesivas que consiste en avanzar paso a paso de lo mas abstracto a lo mas concreto, eliminando suposiciones simplificantes de modo que la teoría pueda explicar una esfera cada vez mas vasta de los fenómenos reales.
Existen notables diferencias entre Marx y los representantes clásicos y neoclásicos.
El principio de abstracción es por si mismo incapaz de rendir conocimiento, de decidir de que hacer abstracción y de qué no.
Después de que la tarea del investigador termine sigue careciendo de una formula soberana que lo guíe. En el proceso de entendimiento científico es de importancia distinguir y poner de relieve lo esencial en contraste con lo no esencial. Pero debemos saber que es esencial y hacer posible su análisis, lo cual es la tarea específica de la abstracción.
En el proceso de entendimiento científico se precisa formular hipótesis acerca de lo esencial, profundizar en éstas y comprobar las conclusiones con los datos de la experiencia.
La principal preocupación de Marx era la sociedad en su conjunto y muy especialmente el proceso del cambio social. Intentaba poner al descubierto la verdadera interrelación del os factores económicos y no económicos en el conjunto de la existencia social. Una vez alcanzada la conclusión de que la cave del cambio social se encuentra en los movimientos del modo de producción, Marx estudió completamente la economía política desde el punto de vista de las leyes que rigen los cambios en el modo de producción.
Las fuerzas económicas en acción, se manifiestan en conflictos de clase bajo el capitalismo como bajo las formas anteriores de la sociedad.
Los economistas clásicos estaban también muy interesados en las raíces económicas de los conflictos de clase. En consecuencia subrayaban mucho a veces en forma predominante la cuestión de la tierra y del ingreso derivado de la propiedad de ésta.
Marx advirtió que la tendencia a poner el acento principal en la tierra y en la renta era desencaminada. Para Marx el capital es la fuerza que todo lo domina en la sociedad burguesa y la relación económica principal es la que existe entre capitalistas y obreros.
La sociedad en su conjunto se divide en dos grandes clases: la burguesía y el proletariado.
¿Cuál es la índole de la relación capital-trabajo? En la forma es una relación de cambio. El capitalista compra fuerza de trabajo al obrero; el obrero recibe del capitalista dinero con el cual adquiere lo necesario para la vida. Así llegamos al verdadero punto de partida de la Economía Política de Marx.
Todo lo que habitualmente se destina al cambio mas bien que al uso directo es una mercancía; el análisis de mercancías implica el análisis de la relación de cambio y su aspecto cuantitativo o valor de cambio.
Gran número de críticas hechas a la Economía Política de Marx, están basadas en el rechazo de las suposiciones con que trabaja.
2. El carácter histórico del pensamiento de Marx.
El método de Marx es en su profunda esencia histórico, y para él la realidad social es el proceso de cambio inherente a un juego de relaciones determinado, es el proceso histórico que no conoce finalidad.
El proceso de cambio social, es el producto de la acción humana limitada en forma precisa por la clase de sociedad en que tiene sus raíces.
La sociedad cambia y a la vez dentro de ciertos límites puede ser cambiada. La aceptación consecuente de este punto de vista conduce a una actitud consecuentemente histórica ante la ciencia social.
Es un rasgo característico del pensamiento no marxista el poder comprender el carácter transitorio de todos los sistemas sociales anteriores, en tanto que esta facultad crítica falla cuando se trata del orden capitalista mismo.

Capítulo II: El problema del valor cualitativo.
1. Introducción.
El primer capítulo de El Capital se titula “Las Mercancías”. El estudio de las mercancías es por consiguiente, el estudio de la relación económica del cambio. Marx empieza por analizar la producción simple de las mercancías, observando una sentada tradición de teoría económica que separa su análisis del de la escuela clásica.
Adam Smith liga el cambio al hecho tecnológico central de la vida económica; la división del trabajo; que para él es el origen de todo aumento en la productividad, aunque es incapaz de concebir la división del trabajo independientemente del cambio, el cual es anterior a la división del trabajo y causa de ella.
La producción de mercancías que sus raíces en la naturaleza humana, es la forma universal e inevitable de la vida económica; la ciencia económica es la ciencia de la producción de mercancías.
Los problemas de la economía política tienen un carácter exclusivamente cuantitativo, empiezan con el valor de cambio que es la relación cuantitativa básica entre las mercancías que se establece a través del proceso de cambio.
Marx no niega la existencia de una relación entre la producción de las mercancías y la división del trabajo, pero no trata la firme y rígida relación que describe Smith.
Para Marx la producción de mercancías es una de las posibles formas de la vida económica que domina la edad moderna y que no puede presentarse como directa manifestación de la naturaleza humana.
El economista no puede confinar ya su atención a las relaciones cuantitativas que nacen de la producción de mercancías; debe dirigir su atención al carácter de las relaciones sociales subyacentes en la forma de mercancía. Las tareas de la economía política no son solo cuantitativas sino también cualitativas.
2. Valor de uso.
Toda mercancía tiene doble aspecto, el del valor de uso y el del valor de cambio.
El valor de uso no da a una mercancía ningún carácter peculiar. Los objetos de consumo humano poseen igualmente valor de uso, el cual expresa la relación entre el consumidor y el objeto consumido.
Marx excluía el valor de uso de la esfera de investigación de la economía política en virtud de que no da cuerpo directamente a una relación social.
3. Valor de cambio.
En una sociedad en que el cambio es un método regular de realizar el propósito de la producción social, es sólo en calidad de mercancías como los productos tienen valor de cambio.
La relación cuantitativa entre cosas, que llamamos valor de cambio, es una forma exterior de la relación social entre los propietarios de mercancías.
Una mercancía es un valor de uso u objeto de utilidad y un valor de uso.
Como valor de uso, una mercancía es un rasgo universal de la existencia humana presente en todas las formas de sociedad. Como valor es un rasgo de una forma histórica específica de sociedad que se distingue por dos características principales: la división del trabajo y la producción privada.
4. Trabajo y valor.
El trabajo también tiene dos aspectos, uno correspondiente al valor de uso y el otro al valor de la mercancía que produce.
A la mercancía como valor de uso corresponde el trabajo como trabajo útil.
Si abstraemos el valor de uso de una mercancía, ésta existe meramente como valor, y si abstraemos el carácter útil del trabajo queda el gasto de fuerza humana del trabajo.
Cuando Marx dice que el trabajo es la sustancia del valor, habla siempre en consecuencia del trabajo considerado como trabajo abstracto.
5. Trabajo Abstracto.
El trabajo es abstracto solo en el sentido completamente recto de que se pasan por alto todas las características especiales que distinguen una clase de trabajo de otra.
La expresión de trabajo abstracto es equivalente a trabajo en general.
La reducción de todo trabajo a trabajo abstracto permite ver claramente una suma de fuerza de trabajo social que es susceptible de transferencia de un uso a otro de acuerdo con la necesidad social y de cuya magnitud y desarrollo depende en última instancia la capacidad productora de riqueza de la sociedad. La adopción de este punto vista está condicionada por la naturaleza misma de la producción capitalista que lleva la movilidad del trabajo a un grado muy superior al de todas las formas anteriores de la sociedad.
6. La relación de lo cuantitativo con lo cualitativo en la teoría del valor.
Una mercancía en cuestión tiene de común con las demás mercancías el hecho de absorber una parte del total de la fuerza del trabajo disponible en la sociedad. Esta característica es lo que hace de la mercancía el punto de partida y la categoría central de la economía política.
La teoría del valor cuantitativo solo concierne descubrir las leyes que rigen las proporciones relativas en que las mercancías se cambian unas por otras.
La tarea central de la teoría del valor cuantitativo surge de la definición del valor como magnitud.
7. El carácter fetichista de las mercancías.
Bajo las formas de organización social se descubre la sustancia de las relaciones sociales. La aplicación de las ideas y los métodos de la ciencia natural a la sociedad es uno de los rasgos más notables del periodo capitalista.
La materialización de las relaciones sociales ha ejercido una profunda influencia en el pensamiento económico tradicional. Los sistemas económicos anteriores han sido vistos como versiones imperfectas o embrionarias del capitalismo.
La atribución de poder independiente a las cosas no es en ninguna parte más clara que en la división tradicional de los factores de producción en tierra, trabajo y capital.
María Gallego

III. El problema del valor cuantitativo

1. El primer paso

Lo que cambia a lo largo de la historia es el modo de organizar y llevar a cabo las actividades de producción y distribución. El valor del cambio es un aspecto de las leyes que gobiernan la asignación de la actividad productiva en una sociedad productora de mercancías, que se cambian unas por otras. En la determinación del valor debe tomarse en cuenta sólo el trabajo necesario en las condiciones sociales existentes, así como que el trabajo más calificado que el trabajo medio debe tener una mayor capacidad de producir valor. La relación entre dos tipos de trabajo no está determinada por los valores relativos de los productos, sino que es susceptible a la medición independiente de los valores de mercado de sus productos. En este punto existen dos posibilidades: un trabajador calificado que tiene una habilidad natural, o un trabajador calificado que tiene un entrenamiento superior. Vamos a analizar en la teoría estos casos:

- Si la diferencia entre dos obreros es por una cuestión de habilidad, la regla es que el más diestro se manifieste independientemente de la línea de producción en que pueda ser empleado.

- Si la diferencia entre dos obreros es por una cuestión de entrenamiento, el obrero superior emplea en la producción de su propio trabajo y en el trabajo de sus maestros a la cual se debe su productividad superior.

En la práctica, las diferencias de pericia pueden ser el resultado de una combinación de diferencias de habilidad y diferencias de entrenamiento.

La influencia del entrenamiento y la habilidad se notan de manera lenta, de modo imperfecto y con frecuencia en formas no evidentes. Por eso, Marx enunció que “las diferentes proporciones en que diferentes clases de trabajo se reducen a trabajo no calificado como su norma, son establecidas por un proceso que tiene lugar a espaldas de los productores y, en consecuencia, parecen ser fijadas por la cumbre”. Los críticos a la teoría del valor de Marx han mantenido que la reducción del trabajo calificado a trabajo simple implica el razonar con un círculo vicioso: la mayor capacidad del obrero más calificado para crear valor se deduce del mayor valor de su producto. Si esto fuera así, la crítica sería válida, pero el análisis ha demostrado que no es cierto este argumento. En general, los talentos especializados no tienen gran importancia: las cualidades que hacen a un buen obrero, no difieren mucho de una ocupación a otra. La aceptación de este hecho es bastante para establecer la medida esencial del trabajo simple y del trabajo calificado.

Sobre el problema del valor cuantitativo, en El Capital, Marx no intenta ir más allá de la primera aproximación contenida en la proposición de que las mercancías se cambian unas por otras en proporción a la cantidad de trabajo socialmente necesario incorporada a cada una. No se averigua sobre las condiciones que serían válidas.

2. El papel de la competencia

Para Marx, los productores simples trabajan con sus medios y espacios libres para todos satisfaciendo sus necesidades por medio del cambio de sus productos sobrantes por otros productos de otros productores simples. Para entender el valor y la competencia, vamos a partir de dos suposiciones necesarias implícitas: que los productores simples tienen que tener el deseo y la posibilidad de competir libremente por cualesquiera ventajas que les puedan surgir en el cambio, transfiriendo su línea de producción a otra. En este tipo de competencia de una sociedad de producción simple de mercancías, la oferta y la demanda están equilibradas sólo cuando el precio de cada mercancía sea proporcional al tiempo de trabajo requerido para producirla. De manera inversa, se establecen precios proporcionales a los tiempos de trabajo sólo en caso de que las fuerzas competidoras de la oferta y la demanda puedan trabajar libremente. Así, la teoría de la determinación de precios por la oferta y la demanda concurrentes no contradice la teoría basada en el trabajo y es una integrante de ella.

Para Marx, “la relación de demanda y oferta explica, en consecuencia, por una parte sólo las desviaciones de los precios de mercado, con respecto a los valores de mercado, y por otra la tendencia a balancear estas desviaciones, en otras palabras, a suspender el efecto de la relación de demanda y oferta”. Para Marx, el momento en que oferta y demanda se equilibran mutuamente y cesan de actuar, el precio de mercado de una mercancía coincide con su valor real.

3. El papel de la demanda

El problema del valor cuantitativo es más amplio que la mera cuestión de las proporciones del cambio, y de que incluye un estudio de la asignación cuantitativa de la fuerza de trabajo de la sociedad a las diferentes esferas de la producción en una sociedad de productores de mercancías. Planteando esto, no se puede prescindir de las demandas del consumidor. Si se desea saber la proporción del cambio y la distribución del trabajo, es necesario tener dos tipos de información: la información sobre el coste relativo en trabajo y la de la intensidad relativa de la demanda de uno y otro. Conociendo estas informaciones se puede saber el equilibrio económico general de la sociedad que se estudia. Es un equilibrio porque define el estado de las cosas que, si no cambian las condiciones básicas, continuará; y es general porque establece el valor relativo, las cantidades producidas de los productos y la distribución de la fuerza de trabajo de la sociedad.

En este punto es donde Marx no da la importancia que tiene tan importante la demanda. Marx reconoce el papel tan importante de la demanda en determinar la asignación del trabajo social, pero en el conjunto de su teoría sistémica, es un factor breve e incluso puede decirse que casual: no trabajó, como sus contemporáneos, en la elaboración de una teoría de la opción de los consumidores. Las razones que explican esta actitud de Marx son que, bajo el capitalismo, la demanda efectiva es sólo parcialmente una cuestión relativa a las necesidades de los consumidores. Es más importante la distribución del ingreso que es un reflejo de las relaciones de producción (es decir, de la estructura de clase de la sociedad).

Si se acepta esta propuesta de que la demanda del mercado está dominada por la distribución del ingreso, la conclusión es que todos los problemas del valor deben ser abordados por la vía de las relaciones de producción en vez de las valuaciones subjetivas de los consumidores.

Aunque para Marx las necesidades de los consumidores es limitada, juegan un papel muy importante en determinar la asignación de los esfuerzos productivos de la sociedad. Según la ley económica de la sociedad moderna (El capital), todo lo que es en sí mismo relativamente estable y sólo reacciona a los cambios que se producen en otra entidad, puede y debe recibir un puesto secundario en el plano analítico. Así, para Marx, las necesidades de los consumidores entraban en la categoría de elementos reactivos de la vida social. Las necesidades son un desarrollo técnico y organizacional de la sociedad.

Los economistas ortodoxos al final han tenido que reconocer en cuestiones de evolución económica que, en la práctica, existe un primacía de la producción y de la distribución del ingreso.

4. “Ley del valor” vs “Principio de plantación”

Lo que Marx define como “ley del valor” resume las fuerzas actuantes en una sociedad productora de mercancías que regula las proporciones del cambio de mercancías, la cantidad producida de cada una y la asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de producción. La condición básica para que exista esta ley es una sociedad de productores privados que satisfagan sus necesidades por el cambio entre ellos. Las fuerzas que actúan incluyen la productividad del trabajo en las diferentes ramas de la producción y la norma de las necesidades sociales modificada por la distribución del ingreso, y las fuerzas que equilibran la oferta y la demanda que concurren en el mercado. La teoría del valor es un teoría del equilibrio general desarrollada en primer término con referencia a la producción simple de mercancías y adaptada después al capitalismo.

Una de las principales funciones de esta ley es aclarar que en una sociedad productora de mercancías, a pesar de las decisiones que se tomen de un modo centralizado y coordinador, existe el orden. La función de la ley del valor consiste en explicar como sucede esto y cuál es el resultado.

En la medida en que la actividad productiva es sometida a un control consciente, la ley del valor pierde su pertinencia e importancia y es sustituida por el principio de planeación. En un economía política de una sociedad socialista, el principio de planeación debiera ocupar la misma posición básica que la teoría del valor en la economía política de una sociedad capitalista. El valor y la planeación son opuestos entre sí como el capitalismo y el socialismo.

5. El valor y el precio de la producción

El precio es la expresión monetaria del valor. Su análisis pertenece a la teoría del dinero. Los precios de producción son modificaciones de los valores. Los precios de producción se derivan de los valores de acuerdo a ciertas reglas generales; las desviaciones no son arbitrarias ni carecen de explicación. La teoría del precio no contradice la teoría del valor, sino que se basa en ella.

6. Precio del monopolio

La introducción de elementos de monopolio en la economía dificulta el funcionamiento de la ley del valor como reguladora de las relaciones cuantitativas de producción y de cambio. El control de la oferta por parte del monopolista le permite aprovecharse de las condiciones de la demanda; así la demanda adquiere una significación especial y el precio y la cantidad producida son diferentes de lo que serían con competencia. Las diferencias entre el precio del monopolio y el valor no están sometidas a ninguna regla general.

Las relaciones de valor cuantitativo son perturbadas por el monopolio, las relaciones de valor cualitativo no, es decir, que exista un monopolio no varía las relaciones sociales básicas de la producción de mercancías. Bajo condiciones de monopolio se puede seguir midiendo y comparando mercancías y conjuntos de ellas en términos de unidades de tiempo de trabajo.
IV. PLUSVALÍA Y CAPITALISMO

1. El capitalismo

Bajo el capitalismo, la propiedad de los medios de producción corresponde a un conjunto de individuos mientras que el trabajo lo realiza otro y los medios de producción y la fuerza de trabajo son mercancías. Las relaciones entre propietarios y las relaciones entre propietarios y no propietarios son relaciones de cambio. La compra y venta de la fuerza de trabajo es la diferencia específica del capitalismo.

Bajo el capitalismo, el capitalista, actuando como tal, se presenta en el mercado con Dinero, compra Mercancías (fuerza de trabajo y medios de producción) y, cuando se cumple el proceso de producción, vuelve al mercado con un producto que convierte una vez más en Dinero. Es un proceso denominado como D- M- D, donde el dinero es el principio y el fin. La transformación cualitativa del valor de uso es reemplazada por la expansión cuantitativa del valor de cambio como objetivos de la producción. El capitalista sólo tiene que desembolsar dinero a cambio de medios de producción y fuerza de trabajo para adquirir una cantidad mayor de dinero. El incremento de dinero es lo que Marx denomina plusvalía, que constituye el ingreso del capitalista como tal y suministra “el fin directo y el incentivo determinante de tal producción”. Para Marx, la importancia decisiva de la plusvalía se debe a la forma histórica específica de la producción capitalista.

2. El origen de la plusvalía

Para averiguar el origen de la plusvalía se tiene que analizar el valor de la mercancía fuerza de trabajo. En el sentido más estricto, la fuerza del trabajo es el trabajador mismo. Bajo el capitalismo, el trabajador se vende por un período de tiempo estipulado mediante un contrato de trabajo legalmente limitado o terminable.

La plusvalía no surge del mero hecho de circulación de mercancías: la fuente del trabajo es la fuente de la plusvalía: con el trabajo de un día, el trabajador produce más que los medios de subsistencia de un día. Así, la jornada de trabajo puede dividirse en dos partes: trabajo necesario y trabajo excedente. Bajo las condiciones de producción capitalista el producto del trabajo necesario va a poder del obrero en forma de salario, mientras que el capitalista se apropia del producto del trabajo excedente en forma de plusvalía. El trabajo necesario y el excedente con fenómenos que están presentes en todas las sociedades donde la productividad del trabajo humano se ha elevado por encima de cierto mínimo muy bajo (es decir, en todas las sociedades menos en las primitivas). En las sociedades no capitalistas, el producto del trabajo excedente se lo apropia una clase especial que por un medio u otro mantiene su control sobre los medios de producción. Lo específico del capitalismo es la forma que asume esta explotación (la producción de plusvalía).

3. Los componentes del valor

El valor de cualquier mercancía producida en las condiciones de capitalismo se puede dividir en tres partes:

- Capital constante (c), que representa el valor de los materiales y la maquinaria usados.
- Capital variable (v), que restituye el valor de la fuerza de trabajo, sufre en cierto sentido una alteración de su valor porque reproduce el equivalente a su propio valor y produce un excedente que puede variar.
- Plusvalía (p).

Así, el valor de la mercancía se puede averiguar: c + v + p = valor total. Esta fórmula puede extenderse y cubrir la producción total durante cierto período de tiempo. Esta fórmula es una versión simplificada de los balances modernos de las empresas. Si la fórmula se extiende hasta incluir toda la economía, proporciona un armazón conceptual de lo que normalmente se llama ingreso nacional.

4. La tasa de la plusvalía

La fórmula del valor total es la espina dorsal de la teoría económica de Marx.

La Tasa de Plusvalía: proporción de la plusvalía con respecto al capital variable (p´):

p / v = p´ (tasa de plusvalía)

La tasa de plusvalía es la tasa de explotación, es decir, la proporción de trabajo excedente con respecto al trabajo necesario. La tasa de explotación es el concepto más general aplicable a todas las sociedades de explotación, mientas que la tasa de plusvalía sólo se aplica al capitalismo.

La tasa de plusvalía depende de tres factores: la duración del día de trabajo, la cantidad de mercancías que entran en el salario real y la productividad del trabajo.

- Duración del día de trabajo: establece el tiempo total que debe dividirse entre el trabajo necesario y el trabajo excedente.
- La cantidad de mercancías y la productividad determinan cuánto de ese tiempo debe contarse como tiempo necesario.

Los factores que influyen en esta tasa con influencias causales.

5. La composición orgánica del capital.

La composición orgánica del capital (o) es la relación del capital constante con el capital variable en el capital total usado en la producción. La fórmula es:

c/ (c + v) = o

Los factores que influyen son influencias causales. Entran dentro de la composición orgánica del capital la tasa de los salarios reales, la productividad del trabajo, el nivel común de la técnica y la amplitud de la acumulación de capital en el pasado.

6. La tasa de ganancia.

Es la proporción de la plusvalía con respecto al desembolso total de capital. Su fórmula es:

g = p/ (c + v)

Para Marx, no hay que pagar ninguna proporción de la plusvalía al propietario en la forma de gobierno; la fórmula muestra la tasa de ganancia sobre el capital realmente empleado en la producción de una mercancía dada.

Los factores en esta tasa son idénticos a los factores que determinan la tasa de a plusvalía y la composición orgánica del capital.

V. LA ACUMULACIÓN Y EL EJÉRCITO DE RESERVA

1. La Reproducción simple

La Reproducción Simple se refiere a un sistema capitalista que conserva indefinidamente las mismas dimensiones y las mismas proporciones entre sus diversas partes. Los capitalistas repongan cada año el capital gastado o usado y empleen toda su plusvalía en el consumo; y que los obreros gasten todo su salario en el consumo. Si no se llenaran estos requisitos tendría lugar una acumulación o bien un agotamiento de la existencia de medios de producción, y esto está excluido por hipótesis.
Supongamos que toda la industria está dividida en dos grandes ramas: en la I se producen medios de producción y en la II se producen artículos de consumo.
Para que se cumplan las condiciones de la Reproducción Simple, el capital constante usado debe ser igual a la producción total de la rama de bienes de producción, y el consumo combinado de capitalistas y obreros debe ser igual a la producción total de la rama de artículos de consumo.
El plan de reproducción: La producción se divide en dos amplias categorías: producción total de medios de producción y producción total de artículos de consumo. Ambas constituyen la suma de la oferta social de mercancías. El ingreso, se divide en tres categorías: el ingreso del capitalista que éste debe gastar en medios de producción si ha de mantener su posición como capitalista, el ingreso del capitalista que éste es libre de gastar en el consumo y el ingreso del trabajador.
Tomadas en su conjunto, éstas constituyen la demanda total de mercancías. En situación de equilibrio la suma de la oferta y la suma de la demanda deben balancear, pero lo que no es tan obvio es la interrelación entre los diversos elementos de las dos sumas que serán exactamente suficientes para crear tal equilibrio. Es una de las funciones más importantes del plan de reproducción la de arrojar luz para hallar este problema.
El plan de reproducción es en esencia un expediente para mostrar la estructura de las ofertas y demandas en la economía capitalista, en términos de las clases de mercancías producidas y de las funciones de quienes perciben los ingresos.

2. Las raíces de la acumulación

La Reproducción Simple implica la abstracción de lo más esencia en el capitalista, a saber, su interés en ampliar su capital. Realiza esto convirtiendo una parte de su plusvalía en capital adicional. Su capital acrecentado le permite entonces apropiarse aún más plusvalía, que a su vez convierte en capital adicional, y así sucesivamente. Este es el proceso conocido como acumulación del capital; constituye la fuerza motriz del desarrollo capitalista.
La forma de circulación D- M-D`, en la que el capitalista ocupa la posición clave es un proceso de expansión del valor.
El capital tiene una sola cualidad, la de poseer magnitud, y de aquí se sigue que un capitalista puede distinguirse de otro solamente por la magnitud del capital que representa.
El éxito en la sociedad capitalista, por lo tanto, consiste en aumentar el capital propio.
La mayor cantidad de plusvalía y también el mayor poder de acumulación corresponde al capitalista, que emplea los métodos técnicos más avanzados y eficientes.
Aunque la urgencia de acumular sigue predominando, no excluye un deseo paralelo: aumentar el consumo.
Es interesante comparar las ideas de Marx sobre los motivos de la acumulación y el consumo de los capitalistas con las teorías contemporáneas ortodoxas que ponen el acento en la “abstinencia” y la “espera”. Según la teoría de la abstinencia, es penoso para el capitalista, “abstenerse” de consumir a efecto de acumular.
Los capitalistas quieren a la vez acumular y consumir.
La teoría de la “espera”- Alfred Marshall fue el principal exponente- la idea aquí es que los capitalistas desean consumir todo lo que poseen.
La teoría de la abstinencia, asó como las teorías de la espera operaban como defensa de la plusvalía y, por lo tanto, del statu quo.

3. La acumulación y el valor de la fuerza de trabajo: planteamiento del problema

Nos interesa investigar los efectos de la cantidad acrecentada del capital variable, o lo que viene a ser lo mismo, la demanda acrecentada de fuerza de trabajo, que va implícita en el proceso de acumulación.
Partimos del hecho indudable de que la acumulación implica un aumento en la demanda de fuerza de trabajo. Cuando aumenta la demanda de una mercancía cualquiera, su precio sube asimismo; y esto lleva consigo una desviación del precio respecto del valor.
Bajo el capitalismo, en general, el mecanismo equilibrador de la oferta y la demanda está ausente en el caso de la fuerza de trabajo.
La acumulación eleva la demanda de fuerza de trabajo y no es ya lícito suponer la igualdad entre los salarios y el valor de la fuerza de trabajo.
La plusvalía es esencia para la existencia del capitalismo, depende de la diferencia que existe entre el valor de la fuerza de trabajo y el valor de la mercancía que el trabajador produce.
Para Ricardo, en pocas palabras, el mecanismo necesario para asegurar el que los salarios permanezcan más o menos al nivel convencional de subsistencia, reside en una teoría de la población.
Así, en el plan clásico la oferta de todas las mercancías ordinarias es regulada por la competencia entre capitalistas, en tal forma que se iguala el precio al valor; en el caso de la oferta de trabajo precisamente la misma función es desempeñada por la teoría de población.
Marx a la teoría de la población casi no la mencionaba, a no ser para menospreciarla.
No estaba dispuesto a adoptar este método de ajustar la teoría de valor al carácter único de la mercancía fuerza de trabajo.

4. La solución de Marx: el ejército de reserva del trabajo

Marx estaba bien enterado de la tendencia de los salarios a subir bajo el impacto de la acumulación de capital.
Tenía que preguntarse ¿ qué es lo que mantiene los salarios iguales al valor de la fuerza de trabajo?
La solución de Marx a este problema gira alrededor de su famoso concepto del “ejército de reserva del trabajo” o como también lo llamó, la “ población excedente relativa”. El ejército de reserva consiste de obreros desocupados que, mediante su competencia activa en el mercado de trabajo, ejercen una presión constante, hacia abajo, en el nivel del salario.
El ejército de reserva se recluta principalmente entre aquellos que han sido desplazados por la maquinaria.
Marx consideraba la introducción de maquinaria para economizar trabajo como una respuesta más o menos directa de los capitalistas a la tendencia ascendente de los salarios.
El efecto neto de esta conducta general de los capitalistas es el provocar el desempleo, que a su vez actúa sobre el nivel del salario mismo. De aquí se sigue que mientras más fuerte sea la tendencia de los salarios a subir, más fuerte será también la presión del ejército de reserva para contrarrestarla, y viceversa.
La mecanización significa un alza en la composición orgánica del capital, es decir, un aumento en los gastos de los capitalistas, en maquinaria y materiales, a expensas del trabajo.
El gran éxito de Marx fue la integración de este principio en la teoría general de la acumulación del capital.
Sería erróneo, por supuesto, suponer que la tasa de la acumulación o bien la introducción de maquinaria para ahorrar trabajo marche a un paso igual, como para mantener un delicado equilibrio de los salarios con la plusvalía.
Un estallido súbito de acumulación de capital puede ser el resultado de la apertura de un nuevo mercado o de una nueva industria. En tales casos el ejército de reserva se vacía y desaparece el obstáculo que frena el alza de los salarios; la plusvalía puede disminuir seriamente.
Junto a la eliminación del trabajo por la maquinaria, las crisis y las depresiones toman su lugar como mecanismo capitalista específico para reconstruir el ejército de reserva cada vez que éste se ha reducido a proporciones peligrosamente pequeñas.

Teoría del ejército de reserva:
Arriba esta la masa de trabajadores en Empleo industrial. Esta es alimentada de una parte por la corriente de nuevos trabajadores que consiguen puestos por la primera vez en la industria capitalista, y de la otra, por los desocupados del Ejército de Reserva que se incorporan a la industria. Abandonan el Empleo Industrial, primero, los trabajadores retirados que han concluido su carrera productiva, y segundo, aquellos que son desplazados de la industria y , por lo tanto, pasan al Ejército de Reserva. Para completar el diagrama, se incluyen dos corrientes más, a saber, los nuevos trabajadores que, no logrando encontrar empleo, se incorporan inmediatamente al Ejército de Reserva; y aquellos que, después de un período de desocupación, abandonan la busca de puestos y se agregan a la corriente de trabajadores retirados.

En la fase de prosperidad del ciclo económico el Empleo Industrial gana a expensas al Ejército de Reservas.
El desempleo tecnológico es meramente un fenómeno transitorio y, por lo tanto, no puede ser parte integrante de una teoría del sistema de producción.

5. La naturaleza del proceso capitalista

La acumulación estimula indirectamente el desarrollo de la población. La acumulación cesará del todo cuando sus ganancias sean tan bajas que no representen para ellos una compensación adecuada por las molestias y los riesgos que necesariamente afrontan empleando su capital en forma productiva. Este curso inexorable de la evolución podría ser detenido temporalmente por descubrimientos técnicos y científicos que hicieran menos costosa la producción de artículos necesarios.
El progreso económico debe ser finalmente detenido por dos leyes naturales preponderantes e inmutables: la ley de la población y la ley de los rendimientos decrecientes.
La teoría maltusiana de la población no pudo sobrevivir al notable descenso en la curva de las tasas de natalidad que comenzó durante la década del 1870, en los países occidentales más avanzados. Los economistas, gradualmente y de mala gana, se vieron obligados a abandonar la teoría de la población y con ella toda la teoría clásica de la evolución económica.
El desarrollo de la teoría económica de Marx, sin embargo, no podía conducir a tales resultados. Rechazando desde el principio todo tráfico con el maltusianismo, Marx se protegió contra los perniciosos efectos de su colapso. Más aún, incluyendo en su estructura teórica el principio del ejército de reserva en vez de la ley de la población, no sólo rompió categóricamente con la tradición clásica, sino que puso también la base para un nuevo y asombrosamente poderoso ataque a los problemas de la evolución económica.
Los cambios en los métodos de producción, en la teoría de Marx, se convierten en condiciones necesarias para prolongar la existencia de la producción capitalista. Pues es principalmente por medio de las innovaciones tecnológicas para economizar trabajo, como se recluta el ejército de reserva, y sólo por la existencia continua del ejército de reserva pueden sobrevivir la plusvalía y la clase que ella sostiene.
Puesto que la noción marxista subraya principalmente los cambios que ocurren en los métodos de producción, implica el cambio cualitativo en la organización social y en las relaciones sociales, a la vez que el cambio cuantitativo en las variables económicas como tales.


VI. LA TENDENCIA DESCENDENTE DE LA TASA DE LA GANANCIA

1. La formulación de la ley por Marx

La productividad del trabajo crece de continuo; desde otro punto de vista quiere decir que la composición orgánica del capital exhibe también un curso ascendente sostenido. De estos cursos indiscutibles derivó Marx su famosa “ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia”.
La tasa de la ganancia puede expresarse en términos de la tasa de la plusvalía y la composición orgánica del capital, con la forma siguiente:
G=p`(1-o )

La Teoría de la Ley demostraba que ciertos obstáculos internos se oponían al desarrollo indefinido de la producción capitalista. Por una parte, una composición orgánica ascendente del capital es la expresión del acreciente productividad del trabajo; por otra parte, la tasa descendente, de la ganancia, que la acompaña tiene que cerrar al fin los cauces de la iniciativa capitalista.
La tasa de la ganancia es la fuerza compulsora de la producción capitalista, y sólo se producen aquellas cosas que rinden una ganancia.

2. Las causas contrarrestantes
Marx enumera seis “causas contrarrestantes” que “contrarrestan y anulan” la ley general de la tasa descendente de la ganancia, “ dejándole tan sólo el carácter de una tendencia”. La sexta, se relaciona en realidad con la forma de calcular la tasa de la ganancia. Las otras cinco pueden ser clasificadas según que su efecto sea mantener baja la composición orgánica del capital o elevar la tasa de plusvalía.
Abaratamiento de los elementos del capital constante. El uso creciente de maquinaría, elevando la productividad del trabajo, disminuye el valor por unidad del capital constante.
Un aumento dado en la composición orgánica del capital, haciendo bajar el valor del capital constante, actúa en cierta medida como su propio correctivo.
Aumento de la intensidad de explotación. Aquí Marx hace hincapié en la prolongación de la jornada de trabajo. La prolongación de la jornada de trabajo eleva directamente la tasa de la plusvalía, aumentando la cantidad de trabajo excedente sin afectar la de trabajo necesario.
Estos métodos para elevar la tasa de la ganancia no están necesariamente relacionados con una composición orgánica ascendente del capital, sino que son más una tasa descendente dela ganancia siempre y cuando sean practicables.
Depresión de los salarios más debajo de su valor. La práctica de reducción de salarios. Marx meramente la menciona de paso, puesto que se apoya en la suposición general de que todos los precios y salarios están determinados por el mercado.
Sobrepoblación relativa. El uso creciente de maquinaria deja libres a cierto número de trabajadores y crea así el ejército de reservas. Marx hace hincapié en el punto de que la existencia de trabajadores desocupados conduce a la instalación de nuevas industrias con una composición orgánica del capital relativamente baja y, por lo mismo, una tasa de la ganancia relativamente alta. Cuando estas tasas de la ganancia relativamente altas se promedian con las tasas de la ganancia obtenidas en las viejas industrias, hacen subir la tasa de la ganancia general.
Comercio exterior. No existe ninguna relación necesaria entre las posibilidades del comercio exterior y los cambios en la composición orgánica del capital.
La tasa de la ganancia ha sido objeto de numerosas críticas, lo mismo de partidarios que de oponentes de Marx.

3.Una crítica de la ley

Una composición orgánica ascendente del capital va de la mano con la creciente productividad del trabajo. Si la tasa de la plusvalía permanece invariable, esto significa que tiene lugar una elevación de los salarios reales, exactamente proporcional al aumento en la productividad del trabajo.
La productividad acrecentada del trabajo del obrero beneficia a éste en igual grado que al capitalista.
Con la productividad creciente del trabajo va acompañada el abaratamiento del trabajador, y, por consiguiente, una tasa más alta de la plusvalía, inclusive cuando los salarios reales se elevan.
Un ascenso en la composición orgánica del capital significa necesariamente un aumento en la productividad del trabajo, y Marx mismo nos dice que una más alta productividad va invariablemente acompañada por una tasa más alta de la plusvalía. Por consiguiente, tenemos que suponer que la creciente composición orgánica del capital marcha con una tasa ascendente de la plusvalía.
Podemos decir que la tasa de la ganancia bajará si el porcentaje de aumento en la tasa de la plusvalía es menor que el porcentaje de disminución en la proporción del capital variable, con respecto al capital total.
La mayoría de los escritos marxistas han pensado en cualquier período considerable, los cambios en la composición orgánica del capital deben ser de fijo enormes, tan grandes en realidad como para sobrepujar en mucho a cualquier posible efecto compensatorio de los cambios en la tasa de la plusvalía.
Es verdad que la cantidad de maquinaria y materiales por obrero ha mostrado una tendencia a crecer muy rápidamente, durante el último siglo y medio. Pero la composición orgánica del capital es una expresión de valor: y debido a la productividad del trabajo en ascenso constante, el crecimiento en el volumen de maquinaria y materiales por obrero no debe considerarse como un índice del cambio en la composición orgánica del capital.
La formulación de la ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia por Marx no es muy convincente. No sólo Marx, sino los teóricos clásicos y los teóricos modernos también, todos han considerado una tendencia descendente de la tasa de la ganancia como un rasgo básico del capitalismo.
El aumento en la composición orgánica del capital tenderá a restablecer la tasa de la plusvalía más allá de lo que éste hubiera sido en ausencia del aumento de la composición orgánica del capital.
Antes de abandonar el tema de los movimientos en la tasa de la ganancia, debemos hacer notar que existen otras fuerzas, además de las mencionadas hasta ahora, que son importantes a este respecto. Tales fuerzas pueden ser clasificadas en aquellas que tienden a elevarla. Entre las fuerzas tendientes a deprimir la tasa de la ganancia podemos mencionar, 1) los sindicatos, 2) la acción del estado en beneficio de los trabajadores; entre las fuerzas tendientes a elevar la tasa de la ganancia podemos mencionar, 3) las organizaciones patronales, 4) la exportación de capital, 5) la formación de monopolios, y 6) la acción del Estado en beneficio del capital.
1. Sindicatos: el ejército de reserva es el obstáculo más importante que impide a los trabajadores participar de las ventajas del desarrollo industrial. Para vencer este obstáculo los obreros se agrupan en sindicatos, asegurándose el control de la oferta de fuerza de trabajo. Los sindicatos son así el instrumento con que los obreros procuran mejorar sus condiciones bajo la producción capitalista. Por las mismas razones los sindicatos ejercen una influencia deprimente sobre la tasa de la ganancia.
2. Acción del Estado en beneficio de los trabajadores. Suele tomar muchas formas: por ejemplo, la limitación legal de la jornada del trabajo, el seguro contra el desempleo y, recientemente, la legislación destinada a salvaguardar el derecho de contratación colectiva.
La primera reduce la tasa de la plusvalía, la segunda y la tercera ayudan a los trabajadores en sus esfuerzos por mantener los niveles del salario.
3. Organizaciones patronales. Estas organizaciones actúan para mejorar la posición contractual del capital frente al trabajo, ejercen una influencia ascendente en la tasa de la ganancia.
4. Exportación del capital. En sus efectos directos sobre la economía del país, la exportación del capital actúa para mitigar la presión sobre el mercado de trabajo doméstico, y en esta forma impide que la acumulación tenga todo su efecto depresivo sobre la tasa de la ganancia.
5. Formación de monopolios. Los capitalistas individuales crean monopolios, con la esperezan de mejorar su propia tasa de la ganancia.
6. Acción del Estado en beneficio del capital. Las tarifas protectoras pueden tener el efecto de elevar la tasa de la ganancia general.


Marta Bullido

VIII. LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS

Marx no perdió el problema de las crisis. Del principio al fin de los tres volúmenes de El capital y de los tres de la Historia crítica de la teoría de la plusvalía, el problema de la crisis reaparece sin cesar; aunque no hay un examen completo o sistemático de la materia.
Hay razones que explican esta deficiencia. La crisis como fenómeno concreto complejo no podía ser plenamente analizada en los niveles de abstracción a que El capital se reduce. Lo que si encontramos son todos los aspectos del problema de la crisis que aparecen en los niveles de abstracción más altos.

La producción simple de mercancías y la crisis

En tanto que la forma de transacción de trueque es M-M, mercancía contra mercancía, en las condiciones de la producción de mercancías desarrollada, la forma de cambio se convierte en M-D-M, mercancía contra dinero y dinero contra mercancía. Así el propósito del dinero es dividir el acto del cambio en dos partes. De este modo se ahorra mucho tiempo y resulta posible la verdadera especialización, que es la base de la productividad incrementada.
La producción por medio del cambio privado, lleva consigo la posibilidad de una crisis de índole tal que sería inconcebible en una economía más simple. En esta forma una interrupción en el proceso de la circulación, puede extenderse desde su punto de origen hasta afectar a toda la economía. Aparece entonces la crisis, en la que coinciden existencias de mercancías invendibles y necesidades insatisfechas. Cada productor ha producido más de lo que puede vender (crisis de sobreproducción como resultado de la crisis).
Un desastre natural, la guerra o algún otro acontecimiento catastrófico, puede interrumpir la circulación en las condiciones de la producción simple de mercancías.

La ley de Say

Los economistas clásicos mostraron su falta de perspectiva histórica en su constante incapacidad de distinguir entre producción simple de mercancías y producción capitalista. Uno de los ejemplos más claros es la “Ley de mercados de Say”, de Jean Baptiste Say.
La ley de Say sostiene que una venta sigue invariablemente una compra por igual cantidad; en otras palabras, que no puede interrumpirse la circulación M-D-M, y, por lo tanto, no puede haber crisis de sobreproducción. Aceptando la ley de Say, los economistas clásicos cerraron el camino a una teoría de la crisis.
Para Marx el dinero es algo más que el medio por el cual se efectúa el cambio; es el medio por el cual el cambio se divide en dos transacciones separadas y distintas, la venta y la compra. Si uno vende y deja de comprar el resultado es la crisis y la sobreproducción.

El capitalismo y la crisis

La forma de circulación M-D-M, se convierte bajo el capitalismo en D-M-D’. La primera M sólo posee un pequeño valor de uso, en tanto que la segunda M se desea porque su valor de uso es mayor. Así, el propósito del cambio es la adquisición de valor de uso y no el aumento del valor de cambio.
D-M-D’, la forma dominante de la circulación bajo el capitalismo, es diferente. El capitalista inicia su carrera con dinero (D) en cantidad suficiente para funcionar efectivamente como capital; lanza éste a la circulación, a cambio de fuerza de trabajo y medios de producción (C); finalmente, después de cumplido un proceso de producción, reaparece en el mercado con mercancías que transforma de nuevo el dinero (D’). Tanto la D al principio como la D’ al final representan valor de cambio; ninguna de ellas posee valor de uso. Todo el proceso carecerá de sentido a menos de que haya una diferencia cuantitativa entre D y D’. Debe notarse que la forma de circulación M-D-M no deja simplemente de existir o de ser pertinente con la aparición de la producción capitalista. Sin duda, para la gran mayoría de la gente, para los trabajadores, la circulación sigue tomando la forma M-D-M.
Por no hacer esta distinción, la economía política ortodoxa en errores: suponer que bajo el capitalismo cada uno es impulsado por el deseo de obtener ganancias, o suponer que cada uno se interesa solamente en los valores de uso y, por lo mismo, que todo ahorro debe considerarse a la luz de una redistribución del ingreso a través del tiempo.
Analicemos ahora la relación entre D-M-D’ y el problema de la crisis. La atención del capitalista se concentra en incrementar D. El capitalista está interesado en elevar al máximo su tasa de la ganancia. Ahora bien, si algo le ocurre al incremento D, el capitalista reconsiderará inmediatamente la conveniencia de lanzar su D a la circulación.
Dos casos. Si incremento D desaparece o se vuelve negativo, el incentivo de la producción capitalista dejará de existir. Los capitalistas retirarán su capital, se reducirá la circulación y comenzará una crisis seguida de sobreproducción. Este es el resultado de un fenómeno de depresión y difícilmente puede usarse para explicar el comienzo de la crisis. Nuestro segundo caso es el de un descenso en incremento D o en la tasa de la ganancia. Tan pronto desciende la tasa de la ganancia por debajo del nivel ordinario, comenzará una reducción de las operaciones de los capitalistas.
Las razones son debido a la naturaleza misma del proceso de la circulación, cada capitalista individual tiene que escoger de continuo entre dos líneas de acción alternativas: debe devolver un capital a la circulación o conservarlo en su forma de dinero. A la larga, esta alternativa no existe; más tarde o más temprano tendrá que reinvertir su capital. Pero esto no significa que deba reinvertir su capital inmediatamente, ni tampoco que deba seguir reinvirtiendo siempre su capital en la misma línea de producción. El aplazamiento de la reinversión interrumpe el proceso de la circulación y provoca la crisis y la sobreproducción.
La forma específica de la crisis capitalista es una interrupción del proceso de la circulación provocada por un descenso en la tasa de ganancia más allá de su nivel ordinario. La clase capitalista en su conjunto restringe sus actividades de inversión cuando la tasa del beneficio sobre el capital cae por debajo de cierto nivel que es más o menos preciso en cualquier tiempo y lugar particulares. No se puede esperar que las intromisiones en el sistema monetario, en cualquier grado que fueren, pongan término a las crisis capitalistas.

Los dos tipos de crisis

El examen de las causas de las crisis debe hacerse en términos de las fuerzas que operan sobre la tasa de la ganancia. Es importante darse cuenta de que la tendencia descendente de la tasa de la ganancia fue deducida del principio de que todas las mercancías se vendían en sus valores de equilibrio.
Si abandonamos la suposición de que todas las mercancías se venden en sus valores de equilibrio, aparece otra posible causa de descenso en la lucratividad. Los capitalistas pueden hallarse incapacitados para vender las mercancías en sus valores. Si se produce demasiado, el precio de mercado cae por debajo del valor, y la ganancia se reduce o desaparece. Si esto ocurre en un número suficiente de industrias al mismo tiempo, el resultado es un descenso general en la tasa de la ganancia, seguido de una crisis.
Desde el punto de vista del análisis causal, los dos tipos de crisis plantean problemas diversos. En un caso tenemos que ver con movimientos en la tasa de la plusvalía y en la composición del capital, quedando intacto el sistema del valor; en el otro, tenemos que ver con fuerzas todavía no especificadas que tienden a crear un déficit general en la demanda efectiva de mercancías, en el sentido de que la demanda es insuficiente para comprar todas las mercancías con una tasa de la ganancia satisfactoria.

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